martes, 24 de octubre de 2023

Estructura Jerárquica de la Inteligencia según Piaget

 


Según la teoría de Jean Piaget, la inteligencia humana consta de una estructura jerárquica que comienza con los procesos más elementales y progresa hacia habilidades más avanzadas. En el nivel más básico de esta jerarquía se encuentran los reflejos, que son respuestas automáticas e inherentes al organismo, vinculadas a la anatomía y morfología del mismo. Sobre los reflejos, se establecen los hábitos y las asociaciones adquiridas, que son patrones de comportamiento aprendidos a lo largo del tiempo. A partir de aquí, surge la inteligencia sensoriomotriz, la cual abarca la capacidad para percibir e interactuar con el entorno. Finalmente, en la cima de la jerarquía se encuentra la inteligencia verbal o reflexiva, que posibilita el pensamiento abstracto, la planificación y la resolución de problemas complejos. En resumen, Piaget plantea que el desarrollo de la inteligencia es un proceso en capas, donde cada nivel se fundamenta en las competencias del nivel precedente.

Factores Disposicionales o Condicionales del Desarrollo de la Inteligencia

Hereditarios

Piaget identifica dos categorías principales de factores hereditarios que influyen en el desarrollo de la inteligencia. La primera se relaciona con estructuras fijas, como el sistema nervioso y los órganos sensoriales, que proveen un marco condicionante. Este marco establece las "reglas del juego" por así decirlo, pero permite cierto grado de flexibilidad y adaptabilidad.

La segunda categoría de factores hereditarios se enfoca más en el "funcionamiento mismo" de la inteligencia, abarcando las operaciones cognitivas que permiten la adaptabilidad y la flexibilidad. Estos mecanismos de funcionamiento están relacionados con cómo la inteligencia interactúa con el entorno y se adapta a él. Por lo tanto, son menos limitantes que los factores estructurales y podrían considerarse más "dinamicos" o moviles.

Estos factores de funciones heredadas no son estructuras rígidas, sino más bien conjuntos de predisposiciones que guían la interacción con el entorno. Estas predisposiciones se desarrollan y refinan a lo largo del tiempo y son moldeadas e informadas por la experiencia. Piaget argumenta que estos factores funcionales actúan desde las etapas más primitivas del desarrollo, pero se manifiestan de manera más clara a medida que la persona interactúa con su entorno y desarrolla estructuras cognitivas más complejas.

Ambos tipos de factores hereditarios trabajan en conjunto para formar una inteligencia que es a la vez estructurada y adaptable, capaz de estabilidad pero también de cambio y desarrollo a lo largo de la vida.

Actualidad de la estructura jerarquica de la inteligencia

Con respecto a la actualidad de la teoría de Piaget sobre la estructura jerarquica de la inteligencia tenemos una notable vigencia; incluso cuando se le compara con teorías más actualizadas y hasta cierto punto opuestas, encontramos que estas distinguen entre inteligencia verbal y no verbal como subfactores del factor general de la inteligencia ("g"), de la misma forma. En otras palabras, la perspectiva o interpretación de Piaget, ha encontrado cierta confirmación en las teorías contemporáneas que han evolucionado a partir de análisis factoriales de habilidades cognitivas, originadas desde la distinción entre inteligencias "fluida" y "cristalizada" de Cattell y Horn.

 

La noción de inteligencia sensoriomotriz de Piaget guarda similitud con lo que se entiendía con inteligencia fluida y actualmente como inteligencia no verbal. Ambas implican la habilidad para interactuar eficazmente con el mundo tangible a nuestro alrededor y resolver problemas que no necesariamente requieren el uso del lenguaje o el razonamiento abstracto.

En contraparte, la inteligencia verbal o reflexiva de Piaget es analoga al concepto contemporáneo de inteligencia verbal que antes era la cristalizada. Ambos se relacionan con nuestras habilidades para resolver problemas utilizando el lenguaje, para razonar de manera abstracta y para planificar y ejecutar tareas complejas. Estas son habilidades que normalmente asociamos con la educación formal y son cruciales para una amplia gama de actividades intelectuales y profesionales.

Investigaciones más recientes sobre los subfactores del factor general de la inteligencia ("g"), que son la inteligencia verbal y la no verbal, han descubierto que ambos son heredables. Esta revelación contrasta con la teoría de inteligencia fluida y cristalizada de Cattell, que sostenía que solo la inteligencia fluida era principalmente heredable. Sin embargo, los hallazgos contemporáneos son más alineados con Piaget, que ofrece este enfoque más integral sobre la heredabilidad de la inteligencia a través de los dos tipos de factores condicionales: el factor hereditario “estructural" y el “funcional”,  ya mencionados. De esta manera, la perspectiva piagetiana de la inteligencia encuentra actualidad en las investigaciones más actuales en el sentido de su estructura.

domingo, 22 de octubre de 2023

Lo psicológico para Jean Piaget

 


Jean Piaget, uno de los psicólogos más influyentes del siglo XX, abordó la inteligencia como un fenómeno natural intrínsecamente vinculado a la adaptación biológica. Según Piaget, la inteligencia es un mecanismo adaptativo que permite al individuo interactuar de manera efectiva con su entorno. Esta adaptación no es meramente una respuesta pasiva al entorno, sino un proceso activo de "asimilación" y "acomodación", donde el individuo modifica su entorno y se modifica a sí mismo en un juego constante de equilibrios y desequilibrios.

En este sentido, Piaget considera que la inteligencia es parte de las ciencias naturales, ya que está enraizada en procesos biológicos de adaptación y supervivencia. Sin embargo, también reconoce que la adaptación tiene una dimensión psicológica, que aunque está fundamentada en lo biológico, tiene sus propias leyes y dinámicas. En otras palabras, la inteligencia es un fenómeno psicológico que sucede a partir de lo biológico y que se manifiesta en la interacción del individuo con su entorno, tanto físico como social. Es la dimensión de la vida psicológica o de la adaptación mental.

Esta visión de la psicología como un fenómeno natural se ve reflejada en trabajos contemporáneos como los de Colin DeYoung (2015), quien argumenta que los procesos psicológicos "supervienen" de los procesos biológicos. Es decir, cualquier cambio en la función psicológica debe implicar un cambio en la función biológica. No obstante, DeYoung también señala que una teoría psicológica no necesita ser completamente traducida de términos biológicos para ser útil o válida, reconociendo así la autonomía y complejidad de lo psicológico.

Tanto Piaget como DeYoung ofrecen una visión integrada de la inteligencia y la psicología, de dimensiones interrelacionadas pero distintas de un fenómeno complejo. Esta visión sugiere que hablamos de ciencias naturales, pero con particularidades y niveles de complejidad que las hacen únicas.

Lo Psicológico como un Sistema Cibernético, Adaptativo y de Autorregulación

En el marco de la teoría de Piaget, lo psicológico se entiende como un sistema de autorregulación funcional que se activa en respuesta a cambios en el entorno. Piaget pone énfasis en la adaptación biológica y psicológica del individuo a su ambiente. Este sistema de autorregulación funcional se compone de dos aspectos interrelacionados: el afectivo y el cognitivo. Cuando el entorno presenta desafíos o cambios que generan necesidades, este sistema se activa para motivar acciones. Estas acciones, guiadas tanto por la inteligencia como por los sentimientos, buscan satisfacer esas necesidades y restaurar un estado de equilibrio.



Lo Psicológico como un Nivel de Intercambio con el Ambiente

Piaget hace una distinción entre intercambios fisiológicos y psicológicos. Los intercambios fisiológicos son procesos biológicos básicos que mantienen la vida del organismo. Un ejemplo clásico sería la respiración, donde hay un intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre el individuo y el ambiente.

Por otro lado, los intercambios psicológicos son de naturaleza funcional y se refieren a cómo el individuo interactúa con su entorno de una manera más compleja. En este contexto, una "función" se refiere a una acción o conjunto de acciones que el individuo realiza para adaptarse a su entorno.

En matemáticas, una función es una relación entre un conjunto de entradas y un conjunto de salidas, de tal manera que a cada entrada le corresponde exactamente una salida. Las "entradas" en este sistema funcional serían los estímulos o situaciones a las que se enfrenta el individuo, y las "salidas" serían las respuestas o comportamientos que el individuo exhibe como resultado.

Es importante notar que este intercambio funcional no es unidireccional; el ambiente también tiene una "función" en este sistema. Los estímulos ambientales actúan como "entradas" que provocan ciertas "salidas" o respuestas en el individuo, y a su vez, las acciones del individuo pueden cambiar el ambiente, generando nuevas "entradas" para futuras interacciones.

Un ejemplo claro de este tipo de intercambio sería cómo la luz del ambiente actúa sobre la retina del individuo. Esta interacción no es unidireccional; el individuo también actúa sobre esta luz al diferenciar patrones en su entorno, como lo son las formas o la gestalt, que se entienden a partir del juego de luz y sombras sobre un fondo. En este sentido, hay una acción recíproca entre el individuo y su entorno, lo que constituye un intercambio funcional e interactivo.

Entonces podemos representar este intercambio funcional e interactivo mediante una función matemática simplificada. Supongamos que la función f(x) representa cómo la luz del ambiente actúa sobre la retina del individuo, y la función g(y) representa cómo el individuo actúa sobre la luz para diferenciar patrones.

Podríamos representar esto como:



f(x)=Luz del ambiente actuando sobre la retina

g(y)=Individuo diferenciando patrones en la luz


Entonces, el intercambio funcional e interactivo podría representarse como una composición de funciones f(g(x)) o g(f(x)), dependiendo de cómo queramos enfocar la interacción.

f(g(x))=Como la luz ajustada por el individuo actúa sobre la retina

g(f(x))=Como el individuo ajusta su percepción basado en la luz del ambiente




La Conducta: Aspectos Cognitivos y Afectivos

Como se mencionó, la conducta en este marco se entiende como un sistema complejo que tiene dos aspectos fundamentales: el cognitivo y el afectivo. El aspecto cognitivo se relaciona con la capacidad para procesar información, resolver problemas y tomar decisiones. El aspecto afectivo, por otro lado, se relaciona con las emociones, motivaciones y necesidades que impulsan la acción. Ambos aspectos están profundamente interconectados y trabajan en conjunto para permitir una adaptación efectiva al entorno.


Acción Primaria y Acción Secundaria Según Piaget

En la teoría de Piaget, influenciada por P. Janet, se distinguen dos niveles de acción: la primaria y la secundaria. La acción primaria se refiere a la interacción directa del individuo con su entorno y está fuertemente vinculada con el aspecto cognitivo de la conducta. En este nivel, la inteligencia juega un papel crucial al proporcionar los medios técnicos y estratégicos para llevar a cabo dicha acción. Por otro lado, la acción secundaria es la reacción del individuo a su propia acción primaria y está más relacionada con el aspecto afectivo de la conducta. Actúa como un regulador emocional que asegura el uso efectivo de las "energías interiores" disponibles, proporcionando la motivación y el impulso emocional para la acción.

Afectividad

  1. Nivel Emocional

La afectividad a nivel emocional se relaciona con la acción secundaria y actúa como un sistema de regulación inmediata. Este nivel de afectividad es impulsivo y responde a estímulos específicos del entorno. Las emociones en este nivel sirven como el "combustible" que impulsa la acción, proporcionando la energía y la motivación necesarias para interactuar con el mundo exterior.


      2. Nivel Meta-Afectivo

El nivel meta-afectivo de la afectividad, por otro lado, es más reflexivo y complejo. Este nivel incluye sentimientos morales y éticos que actúan como un "sistema de navegación" para las emociones y las acciones impulsadas por ellas. Los sentimientos en este nivel evalúan las emociones y las acciones en el contexto de un sistema de valores o normas éticas, permitiendo una forma de autorregulación más avanzada y adaptativa.

Cognición

Rol del Aspecto Cognitivo en la Autorregulación

Según Piaget, el aspecto cognitivo desempeña un papel crucial en el sistema de autorregulación funcional del individuo. La cognición no solo proporciona los medios para alcanzar objetivos específicos, sino que también brinda la "técnica" o la estructura del proceso que se llevará a cabo. En un sentido cibernético de autorregulación, la cognición actúa como el sistema de control que guía y modula la acción. Ofrece las herramientas y estrategias necesarias para interactuar de manera efectiva con el entorno, permitiendo al individuo adaptarse y responder a cambios y desafíos. La cognición es el componente que permite la planificación, la toma de decisiones y la resolución de problemas dentro del sistema autorregulador.


Teoría del Campo Total y la Historia Individual

Piaget incorpora la teoría del "campo total" de Kurt Lewin para explicar la conducta, pero añade un elemento crucial: la historia individual del sujeto. Según Lewin, la conducta supone un "campo total" que abarca al sujeto y los objetos, y la dinámica de ese campo constituye los sentimientos. Piaget está de acuerdo con esta visión, pero añade que tanto los sentimientos como las formas cognitivas no dependen únicamente del "campo" actual, sino también de toda la historia anterior del sujeto.

En este enfoque ampliado, cada conducta tiene un aspecto energético o afectivo, que está relacionado con la dinámica del campo total, y un aspecto estructural o cognoscitivo, que se relaciona con la percepción, la motricidad y la inteligencia. Sin embargo, estos aspectos no son estáticos; están influenciados por la historia individual del sujeto, lo que permite una comprensión más rica y matizada de la conducta. Este enriquecimiento histórico proporciona un contexto para entender cómo las experiencias pasadas del individuo influyen en su capacidad para adaptarse y aprender en el presente.

La inclusión de la historia individual en la teoría del campo total permite a Piaget ofrecer una visión más completa y dinámica de la autorregulación, donde los aspectos afectivos y cognitivos de la conducta están en constante interacción y evolución, influenciados tanto por el entorno actual como por las experiencias pasadas del individuo.


Interdependencia entre Sentimientos e Inteligencia Según Piaget

Para Piaget, los sentimientos y la inteligencia no son entidades opuestas, sino más bien componentes interdependientes de un sistema de autorregulación funcional. En esta dinámica, los sentimientos actúan como el "motor" o la "economía" del sistema, proporcionando la energía y la motivación necesarias para impulsar la acción. Son los que asignan valor y significado a los objetivos, y en ese sentido, dirigen la conducta hacia fines específicos.

Piaget argumenta que la vida afectiva y la vida cognoscitiva, aunque distintas, son inseparables. Esta inseparabilidad se debe a que cualquier interacción con el entorno requiere tanto una "estructuración" (aspecto cognoscitivo) como una "valorización" (aspecto afectivo). Estos dos aspectos de la conducta son distintos pero no pueden reducirse el uno al otro.

Por otro lado, la inteligencia actúa como el sistema de control que guía la acción, ofreciendo las herramientas y estrategias necesarias para la adaptación y la resolución de problemas. En resumen, mientras que los sentimientos aportan la energía y el impulso para actuar, la inteligencia ofrece el marco y los recursos para llevar a cabo esa acción de manera efectiva.

Esta interacción entre sentimientos e inteligencia no es dialéctica sino que permite una forma de autorregulación más compleja y adaptativa, donde cada componente enriquece y modula al otro en un ciclo continuo de adaptación y aprendizaje.


La Inteligencia Según Piaget: Un Punto de Llegada en la Evolución Cognitiva

Piaget aborda la inteligencia no como una entidad aislada o una simple suma de procesos cognitivos, sino como un "punto de llegada" en la evolución de la adaptación cognitiva. 

Según él: "la inteligencia es la forma más avanzada de adaptación mental, un sistema de operaciones vivientes y actuantes que sirve como el instrumento indispensable para los intercambios entre el sujeto y el universo".

En este contexto, Piaget enfatiza la "continuidad funcional" entre las formas superiores de pensamiento y los tipos inferiores de adaptación cognitiva o motriz. La inteligencia, en su visión, es simplemente la forma de equilibrio hacia la cual tienden todas las estructuras cognitivas. Cada estructura cognitiva es una forma particular de equilibrio, más o menos estable en su campo restringido, pero que puede ser inestable en sus límites. Estas estructuras evolucionan de manera que cada una asegura un equilibrio más amplio y más estable que la anterior.

Piaget también destaca que la inteligencia no debe ser delimitada en cuanto a su punto de partida. Sus fuentes se confunden con las de la adaptación senso-motriz en general y, más allá de ella, con las de la adaptación biológica misma. Este enfoque implica que la inteligencia es más que un conjunto de habilidades o procesos; es un sistema dinámico y evolutivo que representa la forma más avanzada de adaptación mental.

Este segmento muestra cómo Piaget da un salto conceptual al pasar de la integralidad de la afectividad y las habilidades cognitivas a una comprensión más profunda de lo que constituye la inteligencia. En lugar de verla como una suma de partes, la considera como un sistema complejo y dinámico que sigue una ley de evolución, haciéndola más compleja y novedosa que las estructuras que le dan base.

Referencia:

Piaget, J. (1950). The psychology of intelligence. Harcourt, Brace.

DeYoung, C. G. (2015). Cybernetic big five theory. Journal of research in personality, 56, 33-58.

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